348. Fin temporada 14: Un año menos

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Como todos los años, la gente se junta esta noche en familia o con amigos a celebrar la llegada de un nuevo año. Junto con ello, se hacen los buenos deseos y los propósitos para el 2020, esperando que sea mucho mejor que el año que ya está próximo a irse. Y bueno, como todos los años, aquí vengo a decirles que no. NO será mejor el año 2020. Sin embargo, debo tenerlos lateados diciendo siempre lo mismo cada fin de año. Por lo que este artículo, el último de la presente temporada, tendrá otro enfoque. Un enfoque más positivo.

¿Un año más? No, amigos: un año menos

En varias oportunidades les he relatado que, conforme pasen los años, las cosas irán empeorando. Eso no lo digo yo: lo dice un libro que mucha gente ni lee, y que incluso se burlan de quienes le tenemos un profundo respeto. Me refiero a la Biblia (léete, como botón de muestra, el artículo 0196: No hay peor ciego que el que no quiere ver). Y es que no se puede ir en contra de lo que ya está estipulado. Honestamente, no sé qué tanto celebra la gente. Este año fue horrible en varios aspectos, y las revueltas, que yo veía de lejos en otros países, estos últimos tres meses las he vivido en carne propia. ¿Podría decir, entonces, que el año 2020 será mejor, si ya se ve que seguirán con las protestas, las tomas de calles, los incendios, y un sin fin de barbaries? ¿Podrías tú decirles a los enfermos terminales, a los niños desnutridos del mundo, a quienes han perdido a sus familias en guerras, a quienes viven encerrados en sus casas por temor a la delincuencia, que el año que viene será mucho mejor? ¡Vamos amigo! Seamos realistas: no hay nada que festejar.

Hay una canción de una conocida banda de música que, en una parte, dice: "Un año más, que se va". Seguramente la has escuchado un par de veces. Y es que, claro está, ha pasado un año más. Pero mi pensamiento con respecto a los años es muy distinto a la letra de la canción. Por que, para mí, no es un año más. Es un año menos. ¿Cómo así?

Falta poco y todos nuestros problemas serán cosa del pasado

La idea original no era que viviéramos en estas condiciones tan horribles. Si fuera así, no me cabría en la cabeza de que Dios nos haya creado para sufrir. Hasta dudaría de su existencia (aunque ya sabemos que sí existe, revisa el artículo 251. Tres razones para creer que Dios existe). Lo cierto es que Dios no quiere esta vida para nosotros. Por ello, Él se ha propuesto acabar con todas las causas de nuestro sufrimiento: las enfermedades, la vejez, las guerras, el hambre, los desastres naturales... ¡Hasta la muerte! ¡Incluso volverán a la vida nuestros seres queridos que han muerto! Y como cada vez falta menos para que eso ocurra, ya que las pruebas así lo demuestran, en vez de agregar un año más, le quito un año a esta sociedad moribunda. Sí: un año menos.

Pronto podremos ser felices de verdad, y podremos festejar todo lo que queramos. Hoy no hay mucho que celebrar: y no es que quiera ser un amargado, pero es que ni siquiera en las mejores perspectivas se puede ver algo mejor para el año que viene; y si algo así ocurre, será pasajero. Mientras tanto, sigo con todas mis fuerzas adelante mientras espero con ansias el día en que Dios nos de motivos de verdad para celebrar: el día en que nuestros problemas y nuestro sufrimiento sean cosa del pasado. ¡Nos vemos en la temporada 15 de Donde Panchito! ¡Hasta entonces!
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347. "¡Me han asaltado!"


Hace unos dos años, mientras trabajaba en un Pronto Copec en la noche, me sucedió una historia un tanto curiosa que hoy quiero relatarles. Es breve, así que no les tomaré mucho de su tiempo.

A eso de las 6:30 de la mañana, cuando estaba comenzando a amanecer, llega un chico de unos veinticinco años de edad al local de comida, en evidente estado de ebriedad... digamos que estaba corriendo fuerte el viento, o que estaba temblando fuerte. No podía caminar bien. Se notaba que lo había pasado chupete en alguna discoteque, y ahora estaba desorientado o algo por el estilo. Lo cierto es que, entrando al local, grita: "¡Me han asaltado!"y se va.

Mis compañeros, los pocos clientes que habían y yo quedamos pasmados. No sabíamos qué hacer. Una de mis compañeras me sugiere que vaya afuera a hablar con él, y lograr sacar algo más de información. Así que fui y le inquirí sobre su asalto.

Entre todos los sonidos que pronunció, me indicaba que había sido asaltado una vez que salió de una discoteque e iba rumbo a casa. Obviamente yo pensaba llamar a la policía. Parafraseando, se suscitó el siguiente diálogo:

Yo: Ya pero, ¿qué te robaron?
Joven: Nada, no me robaron nada, pero me robaron...
Yo: ¿Cómo puede ser posible que te roben, pero que no te roben nada? Entonces no te robaron po.
Joven: No si me robaron. Le juro que fue así.
Yo: ¿Y dónde te robaron?
Joven: En el kilómetro 10, cerca del peaje Chaimávida.

Ahí quedé plop. ¿En el kilómetro 10, cerca del peaje Chaimávida? Primero, el peaje mencionado no existe hace como mínimo 5 años. Segundo, el kilómetro 10, donde estaba ese peaje, estaba a unos 12 km de donde estábamos nosotros, y más encima en otra carretera (véase mapa al final de este párrafo). Y tercero: el kilómetro 10 como tal ya no existe, ya que con la construcción de la nueva carretera, ahora era el kilómetro 65 aproximadamente. Le pedí que me apuntara hacia dónde fue que lo asaltaron, y me apuntó hacia el norte. Y resulta que el lugar que me mencionó que le robaron queda al este
Igual caminó harto desde el "Kilómetro 10" hasta mi extrabajo

"Este cabro no sabe dónde está parado", pensé. De todas formas decidí llamar a la policía. Quizá efectivamente lo asaltaron y el no recuerda dónde fue. Así que los llamé. Llegaron en unos 15 minutos. Se bajaron de la patrulla y, cuando les indiqué lo que pasó, mostrándoles al joven, dijeron: "¿Tú otra vez?".

Les pregunté a los policías por qué "Otra vez". "Lo que sucede es que es la tercera o cuarta vez que nos llaman porque lo asaltaron. Y resulta que dice que lo asaltaron pero es mentira. Quiere que lo llevemos a casa. Lo llevamos y resulta que se vuelve a salir"

¡Vaya! Quería locomoción gratis para ir a donde quisiera a tomarse unas copas y después que lo fueran a dejar. ¡Qué chistoso! Finalmente se lo llevaron por "tercera o cuarta vez" a su casa.

Y ese es el final de esta pequeña historia. Espero que les haya gustado. Nos vemos en un siguiente artículo, aquí Donde Panchito.
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346. Endeudándose para estudiar


Llegamos al último mes del año. Un año bastante movido socialmente hablando acá en Chile. Pero, fuera de eso, en mi vida todo va bien. Tengo un trabajo que me permite mantenerme y muchos amigos que me hacen la vida más amena. Espiritualmente hablando, todo súper bien. Pero hay una pequeña piedra que me impide decir que estoy 100% tranquilo. Y tiene que ver con algo que hice hace más de 10 años, aun cuando no quería hacerlo: ir a la Universidad.

Quienes me leen desde los inicios del sitio web y blog, quizá se acordarán cuando, en aquel lejano 2008 les comentaba que no quería ir a la Universidad. "No tenía muchas ganas de gastar más años de mi juventud en algo que quizás no me sirva para nada", escribí en esa oportunidad (Artículo 0007. Disfrutando de las vacaciones) Y hoy, casi 12 años después de haber escrito eso, sigo pensando igual: ir a la Universidad no sirve para nada. No te asegura tener trabajo. Mírenme a mí: no terminé mi carrera y aquí estoy... no me he muerto de hambre. Pero, al margen de eso, puedo contarles que, para estudiar en la Universidad durante ese año 2008, tuve que endeudarme. Claro, mi familia no contaba con los recursos para pagar la totalidad de las mensualidades y matrícula para estudiar, así que me dieron el Crédito Solidario que otorga el Estado.

Pues bien, el resto de la historia ya la conocen. Abandoné la Universidad y comencé a trabajar (más detalles en los artículos 0033. Mi vida post media y 0078. ¿Qué ha sido de mi?). En el 2011, la Universidad comenzó a exigir el pago del préstamo. La deuda ascendía a 35.9 UTM (Unidades Tributarias Mensuales), que en pesos chilenos de ese año era de $1.400.853.- Todos los años he tenido que declarar cuánto gano y, de ahí, me sacan un porcentaje que debo ir pagando. Durante estos años (desde el 2011 al 2018) he pagado 13,004 UTM ($645.297 actuales).

Al hacer la resta entre lo que debía y lo que he pagado, podemos deducir que he pagado casi la mitad de la deuda, ya que aun me queda por pagar $755.556.- Pero, aquí viene el truco (o los trucos): la deuda está expresada en UTM, no en pesos. Y la UTM sube todos los meses. Además, todos los años me cobran intereses.

Metiéndome en la página de la Universidad, pude constatar que, luego haber hecho los pagos que he mencionado ($645.297), aun me queda por pagar la increíble suma de $1.573.098. ¡Más de lo que debía al principio! ¿Tiene algo de lógica eso? Para nada: es un robo legal. Me han robado más de $600.000, y la ley lo permite. ¿Y qué pasaría si no pago? ¿O si un año no declaro lo que he ganado? Pueden ejercer acciones judiciales en mi contra, meterme en DICOM por moroso, e incluso pagar con cárcel si no cancelo la totalidad de la deuda.

¿Cuál es mi consejo? ¡Jamás se endeuden para estudiar! Claro, quizá hayan muchos que no tienen los recursos para poder estudiar en la Universidad, o que estudiar es un derecho que debe ser gratis, pero... ¿Es realmente necesario ir a la U para ganarse la vida? ¿Es realmente la clave del éxito gastar 6 o más años de tu juventud en un lugar donde, aunque te entreguen tu título, no pueden asegurarte de que trabajarás en lo que estudiaste? El mundo es muy volátil, por lo que nadie puede prometerte el éxito por ir a la Universidad. Soy  la prueba viviente de que, sin títulos ni estudios superiores, uno puede ganarse la vida. Piénsalo... yo sólo estudié un año y miren lo que debo... ¿Te has puesto a pensar si estudias 6, 8 o 10 años? De verdad... piénsalo...
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345. Canciones - "Somos hijos de la tierra" (Los Jaivas)


A lo largo de mi blog he publicado varias canciones que me gustan, de diferentes artistas, y en diferentes épocas. Pero nunca había hablado de un grupo o cantante de mi país. Y hoy será la primera vez que lo haga: el Grupo Chileno Los Jaivas tiene unos temazos como Mira Niñita o Sube a nacer conmigo, hermano. Pero hoy les traigo una canción que, personalmente, me encanta, y tiene una pequeña historia digna de contar.

Cuando se publicó esta canción en 1995, Los Jaivas hicieron un videoclip para promocionarlo. Pero en Chile fue censurado... ¡Por la iglesia católica! Si quieren saber por qué, les dejo el vídeo de la canción y saquen sus propias conclusiones. ¡Ya se vienen nuevos artículos de peso en mi blog!¡Hasta un siguiente artículo!



Amor se nos va la vida

Ven vamos a buscar entonces
toda la ternura.
Toda la hermosura,
tesoros del alma.

Volcan es mi pecho ardiente,
su lava insolente
cura las heridas.
Cristales de tierra dormida
serán nuestros besos
que en el embeleso
de otros siglos nuevos
tendrán su cabida.

Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.

Amor
Somos hijos de la tierra.
Amor
Somos hijos de la tierra.

Ay ven, vamos a invocar
con la voz más clara
las riquezas puras
del jardín del mundo.

Sultana, cuerpo y maravilla,
eres tú la fuente,
remanso y vertiente,
guardas la semilla.

Ven, vamos a jugar
a que somos dueños
de todos los sueños
que tenemos todos.
El sublime encanto,
llama de la vida.

Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra
y su palabra es nuestra historia.
Somos hijos de la tierra.

Amor
Somos hijos de la tierra.
Somos hijos de la tierra,
y su palabra es nuestra historia.
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344. Se quema el Amazonas



Con estupor vi en las noticias semanas atrás los incendios forestales en la amazonía, el principal pulmón del planeta, y cómo se iba destruyendo a un ritmo alarmante. Me dio mucha rabia ver cómo los intereses de unos pocos (y su dinero) priman por sobre algo tan básico como el aire que respiramos. Independiente del o los motivos por los cuales comenzó este desastre (dicen que era para dejar terrenos aptos para la ganadería, pero qué más da), lo cierto es que estamos llegando a un punto crítico de la historia de la humanidad, a tal punto de que, si seguimos al ritmo que vamos, en unos 30 años la tierra será un desastre, y todo por culpa de quienes deberíamos cuidarla.

¡Lástima! ¡Qué pena que los árboles sólo nos den el aire que respiramos! Si los árboles dieran wifi, no talarían ni quemarían ninguno...

¿Estamos a tiempo de detener esta destrucción? Aunque muchos digan que se puede hacer algo, lo cierto es que el panorama no se ve muy alentador. En varias oportunidades he hablado sobre los efectos del calentamiento global, y cómo nos estamos autodestruyendo. Pero, pareciera ser que a nadie le interesa un soberano rábano lo que estamos viviendo.

Yo, como creyente en Dios, estoy completamente convencido de que la tierra jamás será destruida por mano del hombre, y tampoco habrá un exterminio completo de la humanidad. Eso no va acorde con Su Voluntad. Pero eso no quiere decir que tengo derecho a contaminar como loco, total, Dios va a impedir que la tierra se destruya.

Lo más triste de todo esto es que los gobiernos, en vez de procurar terminar con el incendio, se dedican a discutir sobre cosas triviales y ridículas (Brasil y Francia, por ejemplo) o lisa y llanamente no aceptan la ayuda internacional. Se nota a leguas las prioridades que tienen. Mientras estos hombres, políticos todos, hacen semejantes bufonadas, miles de esforzados hombres y mujeres luchan incansablemente por detener el desastre.

Han pasado algunas semanas, y ya no se oye tanto del incendio. ¿Lo habrán apagado ya? Lo cierto es que no. Según el sitio web "Teletrece", el incendio sigue sin control en Bolivia y la recuperación total de lo perdido se daría en unos 300 años. ¡Qué rápido la sociedad olvida tragedias como ésta! Según se registra en el sitio "Infobae""la cuestión es que cincuenta años después [del incendio] todavía no tienes un bosque amazónico regenerado. Aunque después de medio siglo, el número de especies de árboles es el mismo que antes [del incendio,...] los siglos tendrán que pasar hasta que la abundancia de esas especies vuelva a la normalidad".

Sí: leíste bien. No son años o décadas. Son SIGLOS de recuperación.

Por favor, querido lector: no pienses que todo está bien. El mundo va en picada, no solamente en cuanto a naturaleza y destrucción del medioambiente se refiere, sino también en lo moral. Intentemos hacer de este mundo, un mundo mejor. Quizá no podemos ir personalmente a apagar el incendio del Amazonas. Pero si podemos tomar medidas a nivel local o en nuestra familia, como botar la basura donde corresponde, no malgastar el agua, entre otras cosas. ¡Saludos!

*: La imagen de este artículo es referencial.
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343. Nacionalismo, parte 2 y final

Este artículo está en "Radio Donde Panchito". ¡Escúchalo!


A principios de este mes inicié una pequeña serie de 2 artículos, referente al nacionalismo, y lo absurdo que llega a ser. Tomé como ejemplo los campeonatos de futbol, donde muchos, más que disfrutar de buen futbol, se dedican a insultar a otros tan sólo por ser de otro país, y se sienten superiores al resto tan solo por ser de un país en específico.

La cosa es clara: todos somos iguales, y a mi no me daría orgullo sentirme superior a los demás sólo porque soy de Chile, ni tampoco iría a matar a personas que son exactamente iguales a mi en una guerra sólo porque no son chilenos. No: no me daría orgullo. Me daría vergüenza.

Sin embargo, puedo sentir vergüenza ajena por ciertos comportamientos patrióticos y nacionalistas que veo en los demás. Hasta cierto punto los entiendo, porque les enseñaron a amar su país por sobre todas las cosas. Ojo: quiero dejar bien claro que no odio el país donde vivo. Respeto las leyes y obedezco las autoridades (aun cuando muchos "nacionalistas" no respetan las leyes e insultan a quienes son la autoridad), y tengo respeto por el país donde vivo. Que quede claro eso.

Quiero comentarles hasta qué grado puede llegar a ser ridículo el sentir un amor desproporcionado por el país donde uno, sin elegirlo, nació. Me remitiré a un suceso que sucedió a principios de julio.

El eclipse "chileno"

El pasado 2 de julio acá en Chile se observó un increíble eclipse de sol, un evento natural que, a todas luces, debería invitarnos a reflexionar en lo diminutos que somos ante el gran universo, y en que sin lugar a dudas existe un Creador detrás de estas maravillas. En donde vivo no se vio totalmente. Fue un eclipse parcial. Pero en la región de Coquimbo el eclipse fue total, por lo que, durante unos minutos, el día se transformó en noche. Lo vi por internet en mi trabajo y, sencillamente, lo encontré espectacular. Me imagino cómo debió de ser en vivo y sentirlo en carne propia. Algo totalmente majestuoso.

Ahora bien, ¿qué tiene que ver esto con que se sienta "un amor desproporcionado por [Chile]", como mencioné hace un rato? Pues, cuando comenzó la cuenta regresiva para el eclipse total, la gente se agolpó por millares en la playa, en los valles, en las calles y en las esquinas, listos para ver el hermoso fenómeno. Pero, ¿saben lo que hicieron cuando el eclipse llegó a su clímax? Vean el siguiente vídeo y bueno... dura un poco más de 6 minutos.



¿Vamos Chile? ¿Viva Chile? ¿Gente con banderas de Chile? Cuando lo vi en vivo ese día, muchos cantaron el himno nacional, en un evento que no tiene absolutamente nada que ver con Chile, como si Chile hubiera traído el eclipse. No tiene ningún sentido atribuirle a un país el evento astronómico. Nacionalismo puro. Y ojo: no soy el único que piensa así. Lean los siguientes comentarios del mismo vídeo:

Algunos de los comentarios del vídeo (clic en la foto para agrandar)

Lo único que se logró fue, aparte de hacer el ridículo, fue quitarle el crédito a Quien realmente se lo merece por darnos estas maravillas de la naturaleza. Sí: Dios, en quien muchos no creen, pero yo sí.

No pretendo hacerlos cambiar de opinión. Cada uno es libre de hacer y pensar lo que estime conveniente. Pero no podía dejar pasar esto sin dar mi opinión al respecto. Y creo que, el día en que la sociedad de cada país deje de ser nacionalista, se acabará el odio, las guerras y la xenofobia. Y eso se los digo tajantemente: así será. ¡Saludos!
______
Temporada 14 / Artículo 15
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342. Experiencias de un simple cajero 14


¡Estamos ya en pleno mes de agosto! Increíble: el tiempo pasa volando y me estoy acercando con rapidez a las tres décadas de vida. Y aquí sigo con este blog, en su temporada número 14. Apropósito: tal como les conté en las redes sociales, estoy preparando, luego de varios meses, un vídeo para ustedes. Pronto sabrán de qué se trata. Mientras tanto, veamos algunas nuevas experiencias como cajero, en mis más de nueve años en ese oficio.

Experiencias como cajero en estos casi 8 años son muchas. Y así como varias veces les he contado experiencias bien desagradables con clientes pesados e insolentes, hoy les traigo dos casos donde no necesariamente debo lidiar siempre con gente así. Veamos qué sucedió.

¡Mi hijo se está atorando!

Estaba terminando mi turno de tarde cuando, de pronto, un cliente comenzó a gritar que su hijo se estaba atorando. Junto con otro compañero corrimos a socorrer al niño. Mi compañero comenzó a apretarle el abdomen hasta que salió un trozo de papa frita. Luego de ello le traje agua y lo sentamos. Lo intenté calmar un poco y lo logré. El papá estaba muy desesperado pero cuando pasó todo la vorágine, nos agradeció por ayudarlo prontamente. Nos dio $2000 a cada uno. El niño, aun asustado, nos dio un abrazo a los dos por lo que habíamos hecho.

Jóvenes me dan 1000 pesos por cantar con ellos

Una de las cosas que jamás extrañaré de haber trabajado en un local de comida al borde de una carretera son los turnos de noche: extenuantes, con sueño y cero ganas de trabajar. Pero bueno, ¿qué le iba a hacer? Había que trabajar para tener dinero. Así que ahí estaba: día viernes, tipo 4 de la mañana, recibiendo a un montón de jóvenes que venían del carrete a darse el bajón.

En eso, una de las cocineras me pidió si, por favor, podía llevarle un pedido de comida a una de las mesas donde había un grupo de chicos que, a todas luces, estaban pasados de copas. No quería ir ella por ser mujer, y la entendí: podrían haberla molestado o hasta acosado. Así que tomé el pedido y fui a dejárselos.

En este local trabajé, antes de su remodelación el 2017

Casi al llegar a donde estaban, se ponen a cantar... no me acuerdo de la canción, pero sí recuerdo que me la sabía. Se tomaron todos de los brazos y se movían de un lado a otro cantando, sin vergüenza alguna al ridículo que estaban haciendo. Llegué con el pedido a la mesa, con la intención de dejarlo y devolverme rápidamente, pero no pude. Uno de los chicos me agarró y me metió al grupo, me tomaron de los brazos y cantaban. Yo, dejando el ridículo a un lado, me puse a cantar con ellos. Me quedaron mirando y uno de ellos me dio mil pesos de propina. Aplaudieron y yo volví a mi caja.

Lo que uno tiene que hacer por ganar dinero :P

Pues bien, esas son dos experiencias más de las tantas que he tenido. Si bien es cierto al día de hoy sigo siendo repartidor, no dejo de lado mi oficio de cajero al ir a dejar los pedidos y cobrar por ellos. Sí: aunque pase el tiempo, nunca dejaré de ser un feliz cajero, orgulloso de su trabajo. ¡Hasta un siguiente artículo amigos!
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341. Nacionalismo, parte 1

Nota: Amigos y lectores de mi blog. Ya está habilitada la caja de comentarios de Facebook para que puedas comentar usando tu cuenta de esa red social. Es muy fácil. Lee el artículo y, al final de este, encontrarás la caja para comentar. ¡Los espero!

Brasil campeón (Tomado de Wikipedia)
Hace un tiempo atrás terminó la Copa América, torneo de futbol donde se enfrentan diez países sudamericanos más dos invitados, y en donde todos aspiran a ser los campeones: ser los mejores de América. Años atrás hablé un poquito sobre esta copa, y lo incómodo que resulta cuando tu país gana y quieres seguir con tu vida normalmente, sin poder hacerlo porque todos celebran, no respetando tu derecho a no hacerlo.
Pero, fuera del espectáculo que se ve en estas copas (yo vi varios partidos de la Copa América), hay un sentimiento en común que impregna, no solamente este torneo, sino cualquier competición en general. Con ustedes, el nacionalismo.
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340. El tiempo es oro



Hay algo que no se puede comprar con dinero, y que si lo dejamos pasar nunca lo recuperaremos. Se trata del tiempo. El tiempo pasa, y pasa muy rápido. Prueba de ello es que me falta poquito para llegar a la barrera de los 30 años. ¡Increíble!

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339. Maltrato

Escucha este artículo (4:18 min)


Yo jamás golpearía a mis padres. Sería una terrible falta de respeto y un maltrato de proporciones a quienes me dieron la vida. Me duele mucho ver cómo hijos golpean a sus padres o madres sin ninguna clase de respeto ni remordimiento. No les importa: sólo lo hacen. ¿Cómo una madre podrá defenderse de su hijo adolescente, que tiene mucha más fuerza? Si a eso le sumamos leyes permisivas (donde pareciera ser que los hijos tienen más derechos que sus padres), el resultado es uno solo: hijos que hacen lo que quieren, porque se les permite que hagan lo que quieran.

Les comento todo esto porque, hace unos días, en el local donde trabajaba, una señora fue a almorzar y comenzó a contarnos una historia que, cuando la contó, lo hizo con mucha risa y bromas. Pero, en el fondo, fue algo terrible, que no puede seguir pasando.

Ella nos contaba que tenía un hijo rebelde. Nunca le obedecía y hacía lo que se le daba la reverenda gana. Intentaba controlarlo, pero era imposible. La insultaba y la golpeaba. En una de esas golpizas, amenazó a su hijo con llamar a la policía si insistía con su mal comportamiento. Obviamente, al hijo le importó un espárrago, y la siguió maltratando, como si el haberle dado la vida no fuera motivo suficiente como para respetarla.

Cuando terminó todo, ella efectivamente llamó a la policía. Estos llegaron para proceder al arresto del joven. Pero, nos contaba ella, cuando la policía se presentó en la casa, comenzó a sentir remordimiento y cargo de conciencia por haberlos llamado. "¿Cómo iba a permitir que mi hijo se fuera preso por mi culpa?", decía.

Imagínense el maltrato psicológico que debió de recibir esta señora, como para concluir que era SU CULPA que su hijo se fuera a la cárcel por golpearla. La escuchaba mientras almorzaba, sin dar crédito a la soltura con que lo contaba, como si fuera lo más normal del mundo, o si fuera correcto que las cosas hayan sido así. La historia continúa: le dijo a los policías que los había llamado como un medio de escarmiento para con su hijo, y que en realidad no hubo ninguna golpiza. Claro está: ella pensaba que sus palabras eran suficientes, pero los moretones de su cara decían otra cosa.

Los policías no le creyeron. Entraron a la casa y tomaron detenido al hijo, llevándoselo a la comisaría.

Ahora bien, ¿En qué mente sana puede caber que golpear a los progenitores está bien? Yo no puedo concebir la idea de maltratar a mis padres, quienes se sacaron la mugre durante más de 20 años para formar al hombre que soy. Y me da rabia cómo las leyes son muy livianas al respecto. Y cómo también se les ha quitado autoridad a los padres para criar a los hijos. Y los hijos no son tontos: saben que es así y la aprovechan cuando les conviene.

Esto no es un caso aislado. Se da por montones, y los padres callan por vergüenza. Y esto, por lo general, se genera desde la infancia. Según un portal español en internet, "en el año 2012 se registraron casi 5000 casos de esta índole en España, cuatro veces más que durante el año 2007. Aun así, el número sería todavía mayor teniendo en cuenta los casos de violencia y maltrato que no se denuncian, ya sea por vergüenza o simplemente por restar importancia a lo que ocurre [...]. Según un estudio del Centro de Intervención en Violencia Filioparental Euskarri, en Vizcaya, más del 3% de los menores entre 13 y 17 años afirman haber agredido físicamente a sus padres hasta en seis ocasiones a lo largo de un año, y hasta un 14% lo hizo en forma de amenazas, insultos y maltrato psicológico". Y los números van en aumento. (Fuente de la información: www.elportaldelhombre.com)

Tipos de maltrato de hijos a padres

existen muchos más casos de hijos acosadores de los que cabe imaginar. Niños consentidos, sin conciencia de los límites, que organizan la vida familiar, dan órdenes a sus padres y chantajean a todo aquel que intenta frenarlos. Son niños tiranos e intolerantes, un mal en aumento.

Leer mas: https://www.hacerfamilia.com/familia/noticia-tipos-maltrato-hijos-padres-20160215151735.html

(c) 2015 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.
Tipos de maltrato de hijos a padres

existen muchos más casos de hijos acosadores de los que cabe imaginar. Niños consentidos, sin conciencia de los límites, que organizan la vida familiar, dan órdenes a sus padres y chantajean a todo aquel que intenta frenarlos. Son niños tiranos e intolerantes, un mal en aumento.

Leer mas: https://www.hacerfamilia.com/familia/noticia-tipos-maltrato-hijos-padres-20160215151735.html

(c) 2015 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.
Tipos de maltrato de hijos a padres

existen muchos más casos de hijos acosadores de los que cabe imaginar. Niños consentidos, sin conciencia de los límites, que organizan la vida familiar, dan órdenes a sus padres y chantajean a todo aquel que intenta frenarlos. Son niños tiranos e intolerantes, un mal en aumento.

Leer mas: https://www.hacerfamilia.com/familia/noticia-tipos-maltrato-hijos-padres-20160215151735.html

(c) 2015 Europa Press. Está expresamente prohibida la redistribución y la redifusión de este contenido sin su previo y expreso consentimiento.
Bueno, eso quería contarles. Esta pequeña historia nos invita a pensar en lo que estamos haciendo como sociedad. Y ojo: eso que ni siquiera les he mencionado que, en cierto libro que casi nadie toma en cuenta, se indicó con siglos de antelación que las cosas iban a ser así. Y se está cumpliendo a rajatabla (Busca una Biblia y lee 2 Timoteo 3:1-5. Te sorprenderás). Mientras tanto se cumple el resto de lo que menciona aquel libro, no podemos tolerar que nuestros padres sean maltratados de esa manera. Si sabes de algún caso, DENUNCIA.

¡Hasta un siguiente artículo!
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338. Aniversario número 13 de "Donde Panchito"



¡Increible! ¿Pueden creer que hoy, 16 de mayo de 2019, este pequeño y humilde blog, Donde Panchito, cumple 13 años de vida? Pónganse a pensar por un momento: este lugar se inauguró el 2006, cuando yo sólo tenía 16 años y cursaba tercero de la secundaria. Ya tengo 29 años, mucha agua ha pasado bajo el puente, y con altos y bajos aun continúo con esta aventura.

Donde Panchito en 2015

Panchito On Line en 2007 (Pantallazo de este año)

Muchas veces lo he dicho, y lo diré una vez más: quiero llegar a viejito y continuar con este lugar. Para quienes me siguen desde que comencé, seguramente recordarán que, por allá en el año 2008, les hablé de un blog, cuya dueña tenía increibles 95 años. Ella comenzó en el mundo de los blogs siendo ya una anciana. Yo quiero llegar a esa edad (ojalá) y que Donde Panchito continúe existiendo. A esas alturas, quizá deba pedirle ayuda a mis sobrinos para que escriba lo que les vaya relatando.

Como todos los años, quiero agradecerles su fiel compañía: a Wladimir, uno de quienes comenta más en mi blog; a todos quienes me visitan y me comentan... todos, absolutamente todos han sido apoyo fundamental para que Donde Panchito lleve casi 240 mil visitas y más de 1000 comentarios. A todos ustedes: GRACIAS INFINITAS.

Donde Panchito en 2009

Seguiré poniendo lo mejor de mí para crear artículos de calidad para el deleite de mis lectores. Secciones como Viajando con PanchitoMis EscritosNostalgiaExperiencias de un simple cajeroreflexiones, entre otros, seguirán en mi blog. Se vienen nuevos vídeos y más cosas para ustedes. ¡Nos vemos en un siguiente artículo! ¡Feliz aniversario, Donde Panchito!
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337. Nostalgia (parte 5) | T14 / A09

Mi colección de celulares
Debo reconocer, francamente, que soy muy nostálgico. Imagínense: estamos casi a mitad del año 2019, y mi computador principal aun es un viejo Windows XP, que para las cosas que hago (escribir en mi blog, llevar las cuentas de mi trabajo y jugar juegos antiguos) me va muy bien. No veo la necesidad de actualizarlo.

La primera foto que saqué con un celular
El resto de mi navegación en internet lo hago casi en su totalidad en mi celular. Y es que la tecnología ha avanzado a pasos agigantados. ¿Se acuerdan cómo eran los celulares de antaño? Pues en esta nueva entrega de la sección Nostalgia, quiero compartir con ustedes algunos de los celulares que he tenido en mi poder desde que obtuve el primero, hace ya 13 años. Empecemos.

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336. Al concierto de Raúl Di Blasio


Me gustan muchas clases de música. Mi favorita es la música de los ochentas, aunque también puedo incluir música noventera y setentera. Artistas y grupos como ABBA, Queen, Bon Jovi, The Police, Nino Bravo, Camilo Sesto, Bryan Adams y otros, forman parte de mi carpeta de música en mi computadora. Pero también me gusta la música clásica, selecta, que invita a relajarse y disfrutar de sus melodías. Uno de los exponentes en esa materia es el pianista argentino Raúl Di Blasio.

Y cuando supe que vendría a Concepción, llegué a la conclusión de que no podía dejar pasar la oportunidad de escucharlo en vivo. Les dejo un vídeo con uno de sus temas:


Andrés, mi hermano de al medio, también disfruta de su música, así que le comenté la idea de poder ir a verlo al teatro de la Universidad de Concepción. Le entusiasmó mucho la idea, y aprovechamos de invitar a mi madre y pagarle su entrada para que pudiera disfrutar del concierto.

Con Andrés y mi mamá en el teatro
 
Llegó el día: domingo 7 de abril de este año. Fuimos de los primeros en llegar y hacer fila en la entrada del teatro. Debíamos llegar temprano para obtener los mejores asientos, ya que donde nos íbamos a ubicar eran con butacas sin enumerar. Estábamos haciendo la fila, conversando de la vida, cuando se estaciona un auto frente al teatro, patente argentina. Yo, de broma, le dije a mi hermano y a mi mamá: "Ese es el auto de Raúl Di Blasio". Dicho y hecho: del auto se baja el mismísimo Raúl, saludando alegremente a la gente. Mi hermano alcanzó a grabar un poquito, pero desapareció raudamente para ensayar un poco antes del concierto.


Raúl Di Blasio en acción
 
Abrieron las puertas y subimos al balcón, donde nos instalamos en la primera fila. A las 19.30 en punto comenzó el concierto. Duró increíbles tres horas de un concierto-monólogo sencillamente fantástico. Lo disfrutamos a concho y nos reímos con sus historias. Tocó éxitos como "Aguas de Invierno", "Barroco", "Corazón de Niño", "Melissa", y muchas otras. Hubo homenajes a Juan Gabriel, entre otros. El teatro estaba lleno. El concierto superó con creces mis expectativas y valió cada peso que costó la entrada.


Quiero compartir con ustedes una de las canciones del concierto. El tema es "Corazón de Niño", donde hay un interesante diálogo con el público y con una niña, Valentina, de sólo 9 años, amante del piano. Espero que les guste y si tienen la oportunidad de ir a un concierto de esta envergadura, háganlo. Lo disfrutarán de principio a fin. ¡¡Saludos!!


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335. Noticias Panchito 16: cambios en la imagen de "Donde Panchito" | T14 / A07


¿Y qué tal? Esta es la nueva planilla que usaré durante este año 2019. Es básica, sobria, sencilla y fácil de mantener. De esa manera podré enfocarme en escribir y mantener mis redes sociales activas. En esta decimosexta entrega de Noticias Panchito, quiero comentarles algunas cosas que podrán ver en mi blog de aquí en adelante:

El nuevo logotipo de "Donde Panchito"
  • Al llegar a mi blog, no verán inmediatamente mis artículos. En vez de eso, verán un mensaje de bienvenida. Quiero que mis lectores sientan que aprecio sus visitas, y para ello creé un pequeño artículo para todos quienes llegan a Donde Panchito. Para acceder al blog puedes usar el menú Blog ubicado en la parte superior (si lo lees desde un celular, debes acceder al menú en las tres líneas horizontales que aparecen junto a la cabecera).
  • Una ves entrado al blog, podrás leer los últimos artículos, o si lo prefieres, leer los artículos de las secciones más apetecidas por mis lectores.
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  • ¿Te fijaste que mi blog tiene nuevo logotipo? Es un megáfono. Representa mi voz. Un megáfono tiene por finalidad aumentar la voz para hablar ante una multitud de gente. Mi blog es como ese megáfono que aumenta mi voz en el mundo del internet. Donde Panchito es entonces mi voz, mi megáfono donde doy mi visión del mundo que me rodea. ^^
Amigos: gracias por ser parte de Donde Panchito. Espero que sigan llegando aquí y les guste lo que constantemente escribo para ustedes. ¡¡Hasta un siguiente artículo!!

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334. Los viajes de Panchito 14: Caleta Tortel


¡¡Bienvenidos a una nueva entrega de mi sección favorita!! Hoy en Los viajes de Panchito nos iremos a la Patagonia. Sí: conoceremos un pueblo muy pintorezco que queda casi al final de la carretera austral, ruta 7. Conozcamos al pueblo de Caleta Tortel. ¿Tienen su equipaje a mano? Entonces, comencemos con nuestro viaje.

Caleta Tortel: conociendo la Patagonia Chilena

Mapa del camino entre Coyhaique y Tortel
No es primera vez que venimos a la Patagonia. Anteriormente les hablé de Chile Chico en el artículo 206, y de Comodoro Rivadavia en el artículo 059. Todos estos lugares son hermosos, y si tienen la oportunidad de conocerlos, háganlo. Hoy, entonces, vamos nuevamente a la patagonia, y nos iremos a Tortel, caleta que queda a unos 1311 kilómetros al sur de Concepción. Para llegar allá, hay que llegar primeramente a Coyhaique, capital de la región de Aysén. De ahí, son sólo 454 km para llegar a este hermoso lugar, recorriendo lindos parajes dignos de admirar y contemplar. El camino está pavimentado en ciertas partes (de lo que recuerdo, está pavimentado hasta Villa Cerro Castillo. El resto es de ripio).

Antes de continuar, debo indicarles que las fotos y detalles que daré a continuación son de mis vacaciones del año 2008, hace ya 11 años :P

Al llegar al pueblo, lo primero que llama la atención es un gran estacionamiento. Es que Caleta Tortel no tiene calles. Sólo pasarelas de madera. Para recorrerla, debemos dejar el auto en el estacionamiento y de ahí acceder al pueblo a pie.

De más está decir que los paisajes son hermosos, como ya les había dicho anteriormente.

Para ir a Tortel, hay que pasar por Cochrane (en la foto)
Hermosa montaña
Junto con mi hermano mayor en un puente de la carretera
Yo, hace 11 años, en la entrada a Tortel
 
Caminar por entre las calles del pueblo es fantástico. Como no hay calles, no está ese molesto ruido de los vehículos. Se respira aire puro y una tranquilidad digna de envidiar. ¡Es maravilloso! A continuación les dejo unas fotos del pueblo y sus hermosas pasarelas.







De vuelta de Tortel
Es importante recalcar que, en estos lugares donde la actividad humana es mínima con respecto a la inmensidad de la naturaleza, hay que cuidar estos lugares hermosos. ¿Acaso no es hermoso contemplar estos hermosos paisajes? La mano del hombre no puede destruir semejante belleza. Así que les dejo el dato: a donde quiera que vayan deben cuidar el medio ambiente.

En Caleta Tortel la vida es un poco más cara. El aislamiento hace de las suyas. No recuerdo que haya bencinera en el pueblo (por lo menos hace 11 años), por lo que debes echar gasolina en Cochrane. Vale la pena pegarse el pique hasta allá, no solamente por los paisajes, sino también por la tranquilidad. ¡Gracias por haber leído este artículo! Nos vemos.
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333. Canciones: Always (Bon Jovi, 1994) | T14 / A05

Uno de mis artistas favoritos en Bon Jovi. Sus canciones son sencillamente geniales y siempre traigo en mi celular varias de sus canciones. Hoy, en la sección Canciones quiero compartir con ustedes una canción que, sin lugar a dudas, eriza la piel de cualquiera. Un temazo con todas sus letras. Con ustedes, Always. Disfrútenlo.


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332. El tornillo

 

Cuenta la historia que un dueño de una gran empresa decidió llamar a un experto en computadores. En la empresa tenía un tremendo problema. El computador principal había dejado de funcionar, y como el resto de los computadores estaban conectados al principal y dependían de él para funcionar, entonces el lío era mayúsuculo: todos los computadores apagados y sin producir nada para la empresa.

En su desesperación, el dueño esperaba ansioso al experto de computadores que, una vez llegado al lugar, le mostraron inmediatamente el problema.

- No se preocupe - indicó el hombre -. Revisaré los computadores y veremos qué sucede.

Abre el computador principal y descubre inmediatamente el problema. Toma un destornillador y atornilla un pequeño tornillo ubicado dentro del PC. Cierra el computador y lo enciende. ¡Increíble! Todos los computadores comenzaron a funcionar de manera inmediata.

- ¡Magnífico! - gritó el dueño de la empresa -. Mándeme por correo la factura de lo que le debo por haber arreglado este problema.

Entrada la tarde, le llega el correo electrónico al dueño de la empresa. Al leerlo, casi se va de espalda. El hombre que arregló el embrollo de los computadores le estaba cobrando increíbles $500.000 por el trabajo. Furioso, el dueño de la empresa le responde el correo:

"Considero una insolencia suya el cobrarme tamaña suma de dinero por tan sólo apretar un miserable tornillo. Exijo un desglose de lo que me está cobrando", le escribió en el correo.

Luego de algunos minutos, el joven experto de computadores le envía lo solicitado. Luego de leer la respuesta, el dueño sólo se limita a hacerle un depósito por el monto indicado. El correo indicaba lo siguiente:

"Estimado: adjunto detalle de la factura que usted me pidió:
  • "Apretar un miserable tornillo": $100
  • Saber qué tornillo apretar: $499.900
Saludos cordiales"

Moraleja: cobra por lo que sabes, no por lo que haces :)

¡Hasta un siguiente artículo!
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331. El limpiaparabrisas


Cada vez es más común ver en las esquinas semaforizadas de las ciudades, personas vendiendo toda clase de productos, u ofreciéndose para limpiarte los parabrisas. Siendo honesto, algunas veces soy reacio a dejar que me limpien el parabrisas por una propina. En realidad, la mayoría de las veces queda peor que como estaba, y ni siquiera sé qué clase de líquido le echan encima.

Cuando se me acerca uno, me da un poco de cosa. No quiero que piensen que soy prejuicioso, o algo por el estilo. Pero, sin ir más lejos, hace un tiempo atrás un conductor murió a manos de un limpiador simplemente porque no le había pedido que le limpiaran el vidrio. Bueno, la cosa es que hoy quiero contarles una pequeña historia que me sucedió tiempo atrás, mientras venía de hacer unas diligencias en el centro de Concepción. La historia fue así:

Luego de hacer todos los trámites pertinentes, volvía a casa por la Av. Los Carrera, una de las más transitadas del centro. Al llegar al cruce con las Avenidas San Juan Bosco y Collao, estaba esperando la luz verde de un semáforo de tres tiempos. Claro, como el tiempo de detención es largo, los vendedores y limpiadores aprovechan de escabullirse entre los autos intentando obtener dinero. A todo esto, quiero dejar bien claro que prefiero mil veces que intenten trabajar, a simplemente pasar por los autos pidiendo plata porque sí. De eso hablé tiempo atrás en un artículo bien interesante.

Ya, pero no nos desviemos del tema. Se acerca un tipo, un poco harapiento, con sólo una plumilla de limpieza y, sin preguntarme nada, intenta limpiar el parabrisas sin líquido alguno. Yo, temiendo que me rayara el vidrio, le grito desde dentro: "Oye, no te pedí que me lo limpiaras".

El tipo, haciendo caso omiso de mi mensaje, y con una actitud un poco prepotente, me dice que necesita dinero no sé para qué cosa. Y continúa "limpiando" el vidrio. De pronto, se escucha una sirena. Justo al lado mío, también esperando la luz verde, estaba una patrulla de carabineros. Uno de ellos le grita al tipo: "¡Oye! Te dijeron que no quería que le limpiaras el vidrio".

Al instante, el individuo deja de pasar la plumilla por mi vidrio, e increíblemente va a la patrulla y comienza a limpiarle el vidrio a la patrulla. Da luz verde. El carabinero le dice: "Deja de hacer eso. Sabemos en lo que andai metido". De ahí no escuché más. Aceleré y me fui a casa.

Con este pequeño relato no quiero decirles que den o no den dinero a quienes limpian parabrisas. Eso es decisión de cada uno. Simplemente quise contarles esta pequeña experiencia sólo para que supieran lo que me pasó. Quiero pensar que la mayoría de ellos son honestos y que andan en buenos pasos. Y bueno... uno nunca sabe las vueltas de la vida. ¿Quién sabe si, en algún tiempo, les relato "Experiencias de un simple limpiador de parabrisas"? :D

¡Hasta el siguiente artículo!

Foto tomada de The Clinic
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330. El Quincho

 

Muy bien. Iniciamos el mes de marzo y les presento el primer artículo propiamente tal de la temporada 14 de Donde Panchito. Y la historia que quiero relatarles pasó hace exactamente dos meses, el día en que se inició este año 2019. Veamos qué sucedió, y qué podemos aprender de esta experiencia.

Descansando en Rafael

La Polla, Rafael

En la población donde vivo, los vecinos arman una batahola de proporciones para despedir el año viejo y recibir el año nuevo. Para mí, sólo es un cambio de día, pero claramente no puedo ir en contra de las celebraciones de los demás. Sin embargo, no me gusta estar en la población mientras todos meten boche durante toda la noche. Así que, junto con unos amigos, decidimos irnos el 31 en la tarde a un camping que queda en la localidad de Rafael, a unos 15 km de Tomé hacia el interior.

El sector se llama "La Polla", y es muy tranquilo... excepto si es víspera de año nuevo. Cuando llegamos, sin mentirles, había unos 4 o 5 familias con música a todo volumen. Pero ¿Qué más da? Estaba con mis amigos en un lugar bonito. Podíamos descansar... al fin y al cabo, cualquier lugar era mejor que quedarse en casa. Así que armamos nuestra carpa y dormimos.

El bendito Quincho

Antes de irnos a dormir, a las 12 de la noche, todos comenzaron con los abrazos de año nuevo. Algunas familias pasaron por donde estábamos nosotros, deseándonos lo mejor para este año 2019. Es loable que la gente, aun viendo el caos que existe como sociedad, aun crea que el año siguiente al que uno vive será mejor. Pero bueno: la razón de ser de este artículo no es ese.

El pequeño quincho, la noche antes de los sucesos de este relato

Al amanecer, tomamos desayuno, pusimos música y jugamos un rato. Comenzaba a hacer calor, y decidimos algunos de nosotros irnos un ratito al río que pasa por allí. En eso estábamos cuando, de pronto, llega una camioneta con una cantidad de personas que no recuerdo, pero eran muchas. Se baja un tipo alto, gordo... digamos que era maceteado, y comienza a instalar sus cosas en el quincho para asados que era de nosotros, puesto que estaba al lado de nuestra mesa. Uno de quienes quedaron en la orilla le indica al caballero que no podía usar el quincho, puesto que en un rato más íbamos a preparar el asado del almuerzo. El tipo, ofuscado, se subió a la camioneta y siguió su camino.

Al rato me di cuenta de que se pusieron al frente de nosotros, cruzando el río. Bajaban sus cosas y se instalaban debajo de un sauce. Miraban de reojo, con un sentimiento de odio hacia nosotros. No podía dejar de pensar en que, lo más probable, es que ese hombre la noche anterior abrazó a medio mundo esparciendo buenos deseos para todos... menos de 12 horas después, estaba molesto por un simple quincho. Pero lo que sucedió después iba a ser suficiente para mostrar sus verdaderos sentimientos... al menos desde lejos.

Continuábamos bañándonos. Nos salimos un rato para charlar bajo los árboles. Llegó un autito al mismo lugar donde hacía un rato había llegado el tipo de la camioneta. Al bajarse, y al ver que el quincho estaba vacío, vino donde nosotros y, de manera muy amable, preguntó si podía usar el quincho para el almuerzo.

Al ver la actitud tan distinta al del tipo anterior que llegó e intentó usar el quincho, accedimos a prestárselo. Al fin y al cabo, habíamos pagado por la mesa y el quincho, por lo que podíamos decidir qué hacer con él. La cosa es que el tipo desde al frente se percató que habíamos prestado el quincho. Yo había vuelto al agua, y justo al pasar cerca de ellos, noté que estaban murmurando pestes contra nosotros. Refiriéndose a algunos de nosotros, las mujeres del grupo decían: "Claro, esas viejas cul... le prestan la cag... de quincho al hue... ese. Guatonas cul... no más". 

Los buenos deseos para los demás se fueron a la porra... ¡Feliz año nuevo para todos!... menos para los idiotas que no prestaron el quincho de asados XD
 

Hipócritas en una sociedad que no cambiará su actitud

En un supuesto de que aquellas personas, al llegar el 2019, abrazaron a sus cercanos y amigos deseando lo mejor para ellos, podríamos decir que son bastante hipócritas. No basta sencillamente con desear lo mejor para los demás: hay que contribuir para que así sea. Es como si yo le dijera a un jugador de futbol que le irá bien en el partido y, luego, le dejara una cáscara de plátano en el camino a propósito para que se resbalara, cayera y se lesionara. ¿De qué habrá servido desear lo mejor a aquel jugador?

¿Cuántos de los involucrados en esta pelea habrán deseado que todo mejore este año? 

Por eso la sociedad está como está. Y por eso creo firmemente que, aunque tengamos buenos deseos para los años venideros, la actitud de esa misma gente que desea cosas buenas hace que el mundo vaya en picada. También creo firmemente que la actitud de la sociedad no cambiará... lo que cambiará será la sociedad en sí. Y para eso falta muy poco...

Por lo pronto: no nos conformemos simplemente con desear cosas buenas a la gente: HAGAMOS cosas buenas por los demás. Los más beneficiados seremos nosotros al ayudar a los demás de manera altruista, y actuando de buena manera con los demás. Así hacemos felices a los demás y, por sobre todo, nos sentiremos felices y realizados como personas. ¡Hasta un siguiente artículo!

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Última foto tomada de elpais.com
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