199. Fíjate por donde andas, pajarón

Clienta: ¿Pero cómo, si adentro dice que la leche vale $500?
Cajero: Sí, pero si lleva 45mil unidades. La unidad le sale $2300.

Hace ya más de cuatro años entré a trabajar como cajero en un supermercado. Al principio, como era part-time y el supermercado cerraba temprano, podía irme en las noches tomando una micro en la Av. Principal, y recorrer un trayecto que no superaba los 5 minutos. Mi lugar de trabajo queda relativamente cerca de donde vivo. Hasta ahí: todo bien. Sin embargo, hicieron unos pequeños cambios en el trabajo que me obligaron a tomar ciertas medidas.Aquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.

El supermercado comenzó a cerrar a las 10 de la noche (antes era a las 9), por lo que generalmente salía entre las 10:30 y las 11 de la noche del trabajo. A esa hora es muy difícil encontrar locomoción para llegar a mi casa. Algunas veces mi padre podía ir a buscarme, pero otras no. Así que comencé a ir en bicicleta al trabajo. Hasta ahí: todo bien. Pero lamentablemente mi bicicleta se echó a perder, y mientras mandaba a arreglarla, tuve que volver del trabajo todos los días caminando (un trayecto de unos 10 minutos).

Ladrón: Deme su dinero.
Persona: Disculpe, soy político.
Ladrón: Entonces, deme MI dinero.
Tomado de Link

Para desgracia mía, a mediados del año pasado dos tipos me asaltaron mientras iba caminando a mi hogar, a eso de 20 para las 11 de la noche. Me encañonaron y me sustrajeron mi celular más 30 mil pesos. A pesar de que uno de los tipos le decía al otro "Dispárale no más al hu...", gracias a Dios no pasó a mayores y quedé tirado en el piso mientras el par de zopencos se fue con el botín. Nervioso llegué a casa y, decidido, comencé a juntar mis últimos pesitos para hacer la gran compra de mi vida: un autito.

Finalmente logré comprarme un Chevrolet Spark del año 2013 (nuevo) y con ese voy al trabajo ahora. Feliz feliz, porque es mi primera gran compra, una inversión que me tomará 3 años pagar (ya llevo más de un año). Pero quizás, estimado/a lector/a, te estés preguntando: "Pero, ¿qué diantres tiene que ver todo esto con el título de mi artículo?". Bueno, pues, desde que me compré un auto, pasé de ser peatón a conductor, y en realidad puedo darme cuenta de lo poco prudentes que somos tanto al ser peatones como al ser conductores. Déjenme contarles algunas cosillas que me han pasado durante mi experiencia como conductor.

Naaa, pero si no viene nada. ¿Quién me va a atropellar?
Tomado de Link

Es sabido que somos malos peatones. Pero malos malos maaaalos poh. Somos tan malos que llegamos a ser buenos pa'ser malos como peatones. ¿Cuántas veces hemos cruzado a mitad de cuadra, con luz roja, o corriendo sin mirar a ambos lados? Para qué hablar de cruzar una calle concurrida aun habiendo una pasarela para cruzar con seguridad. Somos tercos: no nos gustan que nos indiquen qué hacer; hacemos lo que queremos y, por pasar por alto algunas precauciones, pasan cosas como la que me pasó a mí un día, mientras esperaba en mi autito que me diera la luz verde del semáforo.

Apenas me dio la luz verde, inicié mi marcha, pero no duré ni un segundo. De improviso aparece un peatón corriendo e intenta cruzar la calle, él teniendo luz roja. Freno en seco y el se detiene. ¿Qué sería lo lógico que debería ocurrir aquí? Cualquier persona en su sano juicio quema mi auto me pide disculpas por cruzar imprudentemente y me deja pasar. Pero no... este es el mundo al revés. El peatón se enoja conmigo y comienza a gritar no sé qué cosas, porque como estaba lloviendo tenía las ventanas cerradas y escuchando música. Pero de seguro me estaba felicitando por meterme en su camino - entiéndase "felicitar" como una forma muy peculiar de subirme y bajarme a groserías -.

Lo cómico de esto es que se puso en medio de mi pista a seguir diciendo pavadas. De un momento a otro se le olvidó que iba atrasado (de otro modo no me explico que llegara corriendo al cruce). Era tanto su enojo que prefería mojarse y seguir moviendo la boca - insisto, no sé que decía -. Al ver que no podía pasar, los vehículos de atrás comenzaron a tocar sus bocinas. Yo comencé a impacientarme porque, igual na que ver que este tipo estuviera molestando mi recorrido. Así que comencé a tocarle la bocina y hacerle señas para que se dejara de joder.

Cuando por fin lo hizo, me dio la luz roja. "Joder", me dije a mí mismo. "Qué tipo más loco", concluí.

En otra ocasión iba saliendo de la calle donde vivo cuando veo un ciclista en medio de la calle. Le toqué la bocina y se hizo a un lado, pero al pasar por al lado de él me gritó: "Idiota". Estimado lector: ¿Qué diablos sucede aquí? 

Historias como éstas tengo varias, pero no quiero latearlos con artículos extensos. Aparte si escribo todo me quedaría sin material para próximas ediciones y mi blog moriría, lo cual no quiero que suceda. Pero así rápidamente puedo indicarles las veces en que los conductores no señalizan antes de doblar, adelantar o cambiarse de pista, o cuando van a exceso de velocidad, o cuando los microbuseros me echan el bus encima, y blablablablablabla... y más bla.

Y bla, bla bla.... Y muchos más bla, que si los escribiera todos, me moriría de viejo y aun así me quedarían unos cuantos bla por mencionar. Lamentablemente, ni conductores, ni peatones se dan cuenta por dónde andan. Caminan donde quieren, pasan con sus autos por donde quieren, los ciclistas andan por en medio de las calles... no me imagino el día en que no existan leyes del tránsito. Ahí si que queda la toletole. Aceptémoslo: todos somos unos verdaderos pajarones.

Con tantos pajarones sueltos (incluyéndome)... prefiero quedarme en casa descansando o creando un blog... cosas por el estilo. Y es que ser conductor tiene sus ventajas, pero también conlleva serias responsabilidades. 

Me siento feliz por poder escribir un nuevo artículo. ¿Te gustó lo que escribí? Compártelo con tus amigos en facebook. Aparte, recuerda que puedes seguirme en Twitter, Facebook y Google+. ¡Hasta la próxima! :D
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6 comentarios:

  1. Wooooo panchito!!! Mil años que no sabía de ti... Y que manera de volver aquí eh? Me gustó mucho tu artículo. En realidad en todos lados somos ccomo dices tu pajarones, y es responsabilidad de cada uno comportarse como corresponde ya sea al ser peatón o conductor.
    SALUDOS PANCHITO. Y espero leerte pronto :)

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    1. Adivina: gracias por volver. Pensaba que nadie me leía luego de dejar de escribir durante tanto tiempo. Todos somos pajarones. Una pregunta: ¿Tienes auto o licencia de conducir?

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  2. panchito :
    como sabes soy fan de tus historias que son muy cómicas jajaja bueno a decir verdad siempre cuando sale una nueva historia me agrada leerlas y a decir verdad sobre este articulo te encuentro toda la razón por que estos idiotas tanto como chóferes peatones y todos.... somos unos idiotas... y después nos quejamos .... por lo cual a mi varias veces me pasaba que llegaba y cruzaba una vez hasta casi me atropellan por andar con la boca abierta... plop -_- bueno hasta que conocí un amigo que respeta todos los semáforos y me retaba cada vez que llegaba y pasaba y ya aprendí jijiji..... bueno me gusto mucho tu articulo ... creo que este sera uno de muchos que escribirás te deseo toda la suerte del mundo con tu blog.... se que te ira bien... besos y abrazos ... cada vez son mas entretenidos tus artículos :D buenas noches ;)

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  3. Anónimo: aunque sé quien eres, podrías para la próxima dejar tu nombre en el comentario. Así mi respuesta será más personalizado.
    Qué bueno que te guste mi blog y seas mi fans. Supongo que ya me sigues en facebook, ¿no? Y me alegra saber que tengas un amigo que te lleve por el buen camino (literalmente). Saludos :D

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  4. Sí, si tengo licencia, pero no tengo auto :( ¿Me lo prestas?

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