293. No permitas que te humillen

De cajero en "Mayorista 10"
Hace más de dos mes que me despidieron de donde estaba trabajando. Gracias a Dios no hemos pasado por penurias y ya tengo un nuevo trabajo. Luego les hablaré a qué me dedico ahora. Por lo pronto, quisiera compartir con ustedes una experiencia que sucedió en mi antiguo trabajo cuando llegó un nuevo cajero, que no duró más de una semana, y no necesariamente porque no fuera bueno para trabajar.*

*Las fotos indicadas en este artículo no demuestran necesariamente que este incidente sucedió en uno de los dos empleos mostrados. He tenido varios empleos y pudo haber ocurrido en cualquiera. De todas formas, este sencillo ejemplo sirve para que no dejes que NADIE te humille en tu empleo, bajo ninguna circunstancia.


Don Alejandro

Como ya deben de suponer, Alejandro es el nombre de la persona que llegó a trabajar, por ahí por octubre del año pasado. Era un hombre de edad (no un anciano, pero mucho mayor que yo. Calculo unos 45 ó 50 años). Comenzó a aprender a usar la caja y todos los pasos que hay que hacer para atender en el local, así como los tipos de cigarros que se vendían y el orden en que debían ser ubicados y contados. Lo aprendió bien, pero lamentablemente era lento. Muy lento. Y en un local donde va mucha gente apurado, eso era un aprieto.

Insisto: no era malo para trabajar. Era lento. Y a decir verdad, cuando uno comienza a aprender cosas nuevas, le cuesta agarrar el ritmo. Pero parece que donde yo trabajaba no tomaban eso en cuenta. O, al menos, algunos de los jefes no pensaban así. Alejandro seguía atendiendo a su ritmo. Nunca oí de algún cliente que reclamara por su lentitud. De hecho, lo esperaban con paciencia, comprendiendo que estaba recién aprendiendo el sistema. Así que, en esta ocasión, de los clientes no puedo decir nada.

Humillación en frente de los clientes

En uno de los varios "Pronto Copec" en que trabajé
Caso aparte que algunos compañeros comenzaran a hablar mal a sus espaldas, lo cierto es que a una de las jefas no le agradaba mucho él (o, sino era así, sus hechos lo demostraban). En una ocasión, mientras estaba cerrando la caja, intentaba ordenar el dinero, los papeles de avances y documentos como comprobantes de tarjetas de crédito y débito. Llega una jefa y, viendo el desorden que tenía en su intento de declarar su caja, comienza, en frente de todos (incluyendo clientes), a humillarlo porque no entendía nada.

No lo invento: yo estaba ahí. Lo vi. Lo viví. Y me pareció de muy mal gusto. Ella se metió en sus documentos y en su dinero (ojo ahí, si eres cajero no permitas que NADIE se meta en tu caja... ya te imaginas las razones...), mientras vociferaba que todo estaba mal, que cómo podía ser tan lento y otras cosas que no recuerdo. Alejandro miraba al piso, triste, muy triste. Lo noté, así que me acerqué y le dije: "No te preocupes. Aquí no somos así. Yo te ayudo con tu caja".

O sea, si yo veo que uno de mis trabajadores tiene problemas para realizar su trabajo. no lo humillo. Lo ayudo. Le explico cómo se hace. No lo dejo en ridículo. Esa es la diferencia entre un JEFE y un LÍDER.

A los días después, Alejandro desapareció. Le pedía a otros compañeros que le hicieran los turnos y, finalmente, renunció. Espero que halla encontrado un trabajo donde se respete a la gente, y no los humillen como le sucedió a él mientras ponía lo máximo de su parte para aprender el arte de ser cajero.

Reflexión

Amigos: la vida da vueltas inesperadas. Yo fui jefe. En uno de mis trabajos fui supervisor de cajas. Y ahora soy un simple empleado que debo obedecer órdenes. Uno puede estar arriba un día, y otro día abajo. ¡Qué curioso sería si, pasando el tiempo la jefa que trató mal a Alejandro fuera una empleada de él! Las cosas serían muy distintas, ¿no lo creen?


Por lo mismo, hay que ser humildes, tratar a todos con el respeto que se merecen y ser empáticos, en especial con quienes están aprendiendo un nuevo empleo. La vida puede dar sorpresas inesperadas, y no nos gustaría que nos trataran mal si por abc motivos no aprendemos de una un nuevo oficio.

El hecho de ser jefe no te da derecho a humillar a tus trabajadores. Un verdadero líder de equipo trabaja en unión con sus colaboradores y empujan al mismo lado. Un simple jefe... bueno... es sólo eso: un jefe mandón. ¡Saludos amigos!

2 Comentarios

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  1. Interesante tu artículo Panchito. Como siempre escribiendo cosas interesantes. Espero leerte prontamente. Un saludo afectuoso.

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    1. Gracias por tus palabras amigo. Se vienen más artículos interesantes. No te los pierdas.

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