227. Fin temporada 11 - Donde Panchito: 10 años de historia

Se nos va el año. Sí: así de rápido. Y se nos va la Temporada 11 de mi blog Donde Panchito. Sí, han pasado ya 10 años desde que, un 16 de mayo de 2006, este lugar que tú estás viendo en este instante, abría sus puertas al público a eso de las 3 de la tarde. ¡Qué tiempos aquellos! En ese entonces Windows XP dominaba el mercado de los computadores. En mi casa no había más que un computador de 512 MB de RAM y 80 GB de disco duro. El MSN Messenger era la forma de comunicarse con los amigos y familiares por internet. Sí, en un mundo como ese, yo, Panchito, di inicio a esta aventura. ¿Cómo logré construir este lugar? ¿Cómo surgió la idea? Pues en este artículo, el último de este año, te comentaré cómo fue que Donde Panchito pasó a tener más de 220 artículos (en su momento casi 250) y 180 mil visitasAquí va la descripción personalizada de la entrada que queremos mostrar y que sólo se verá en la portada del blog. Puedes repetir un fragmento de la entrada o agregar una descripción completamente nueva; ésta sólo será visible cuando la entrada esté resumida, una vez que el lector ingrese a la entrada esta descripción no se visualizará.

Inicia Donde Panchito su largo camino en la web


No quiero relatarte toda mi historia de fracasos desde el 2000 al 2006; eso lo puedes leer en la sección Acerca de, aquí mismo en mi blog. Lo intenté varias veces, sin aparentes resultados. Pero lo que no sabía es que estaba adquiriendo lo que necesitaba para construir esto. Llegamos entonces al día que mencioné al principio: 16 de mayo de 2006. A las tres de la tarde, desde la casa de mi tía, daba por inaugurado mi sitio web, llamado en ese entonces Panchito On Line.

Al principio no tenía muchas cosas, pero con el correr del tiempo le iba agregando más cosas, como la sección Frases de Oro, que tuvo mucho éxito en ese entonces. Apropósito, dentro de algún tiempo daré a conocer noticias sobre esta sección que aun sigue en pie, a punto de morir, en este blog. Bueno pues, prosiguiendo; les comentaba que mi sitio web comenzaba lentamente a crecer. Pero, sinceramente, me daba una soberana lata estar modificando a cada rato mi web, en un servidor que más encima estaba en inglés. Así que, el 17 de noviembre de 2007 hice mi primer artículo aquí en blogger. Nacía Donde Panchito, la continuación de Panchito On Line, por lo que la fecha de inauguración de mi blog se mantuvo como el 16 de mayo de 2006.

Crece la cantidad de visitas y la calidad de los artículos


Al momento de abrir este lugar, ya tenía aproximadamente unas 2500 visitas en el año y medio casi que llevaba Panchito On Line en internet. Conforme fueron pasando los días y los meses la cantidad de visitas fue en aumento. Y claro, la calidad de lo que escribía también fue cambiando. Como prueba de ellos, léete alguno de los primeros artículos que hice, por allá en el año 2007 ó principios de 2008. Compáralos con artículos como "¿Qué son 10 pesos?" o "¡Peligro! Chanchitos en la vía pública". Notarás que hay enormes cambios, y es que mi blog me ha visto crecer y madurar.

¿Quiere decir eso que dejaré de escribir? Claro que no. Si eres un lector asiduo de mi blog te darás cuenta que ya en un par de ocasiones he querido dejar este lugar botado y continuar con mi vida. Ya lo hice hace unos años con mi diario de vida, quien me acompañó por largos 12 años (2002 - 2014). Algunas veces hay que dejar atrás cosas o personas que en su momento fueron de gran ayuda, pero que te impiden seguir adelante. Con mi blog no sucede eso, o al menos eso siento. Me imagino con 70 años, viejito, aun con este blog, escribiendo mis vivencias como adulto mayor. Y, quién sabe, pueda batir un récord, como el blog más longevo del mundo (si siguiera escribiendo a los 70 años, Donde Panchito tendría 54 años de vida).

El futuro de Donde Panchito

¿Qué más puedo decir? Quiero agradecer a todos quienes han formado parte de esta década de vida de mi blog. Espero seguir escribiendo ya en la décima temporada que comienza el otro mes. Quizá no lo haga con la misma intensidad que antaño, pero nunca dejaré de hacerlo. Tuve que invertir 6 años de mi vida para poder construir esto, y otros 10 para mantenerlo y hacerlo crecer. Eso no lo hace cualquiera - modestia aparte -. Quiero darles las gracias de corazón a mis lectores, a quienes comentan y comparten mis publicaciones; y también a nuestros 208 seguidores en Facebook.

Y se nos fue el año. Hoy es 31 de diciembre. Un 2016 lleno de emociones. A decir verdad, así como no celebro la navidad por las razones que expliqué por allá por el 2011, tampoco participo de estas festividades de fin de año. Para mí, mañana simplemente es un día feriado, nada más. Así que, nos veremos pronto aquí en mi blog. Doy por terminada la temporada 2016 (la número 11), que no fue muy productiva en cuanto a artículos (puedes echarle una mirada al apartado Archivador de artículos, ubicado en el lado derecho del blog). ¡Nos vemos amigos! 
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226. Fórmula 1... Al estilo "Ruta las Playas"

Este artículo está en "Radio Donde Panchito". ¡Escúchalo!
La foto es referencial :) (Foto tomado de "A todo Bus Chile")

Hace más de tres años que poseo mi propio vehículo. Me tomó otros tres años poder juntar el dinero necesario para comprarlo, por lo que ese autito es fruto de un gran esfuerzo. Por eso lo cuido con esmero. De cariño le digo "hijo", y le hago todas las mantenciones que corresponden. Sin embargo, por muy bien que uno cuide el auto, siempre hay cosas que escapan al control de uno. Un pinchazo, por ejemplo.

Eso me sucedió. Pero no fue un pinchazo en realidad. Manejaba tranquilamente, pero cuando frenaba el auto tambaleaba para todos lados. Eso sólo ocurría cuando frenaba, y por más que le miraba, no sabía por qué hacía eso. Así que un amigo me recomendó un lugar donde podía revisar mi auto. Lo llevé y el mecánico me dijo que me tendría una respuesta al día siguiente. Así que, de vuelta a casa desde el taller, ubicado en Lirquén, tenía que tomar una micro, y esa micro fue una Ruta las Playas, sin imaginar la experiencia que viviría dentro de ella.

Locura al volante


Es de conocimiento público que los choferes de micro, en su mayoría, exceden la velocidad máxima permitida mientras conducen. Y si bien es cierto cuando uno va atrasado lo agradece (aunque esté mal), lo cierto es que casi siempre se pone en riesgo tanto a los pasajeros como a otros conductores.

Cuando me subí a la micro aquel día, llevaba ya varios meses sin subirme a una, por lo que había olvidado cómo eran estas locas carreras. El viaje al principio fue tranquilo, hasta llegar al Centro de Concepción, donde se quedó pegado esperando pasajeros en un paradero como por 15 minutos. Yo, igual estaba algo urgido, porque quería llegar a casa antes de que oscureciera. En eso, la micro parte rápidamente, tan rápido que quienes iban buscando asientos dentro de ella casi se caen. No entendía por que había partido tan aprisa, hasta que miro por la ventana hacia atrás y... ¡NO! Godzilla venía atacando la ciudad Otra micro de la misma línea lo había alcanzado. Lo que me temía estaba pasando: comenzaría una alocada carrera por captar pasajeros.

Loca carrera entre dos Ruta las Playas

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Super Ruta las Playas Kart 64

Es que esta carrera comenzaba tan alocadamente, que ya veía que un chofer le tiraba un plátano al otro, cual Mario Kart, para que se resbalara. Pasaban los vehículos, los peatones, los semáforos, las casas... Los lomos de toro se los comían y saltábamos dentro de la micro con los hoyos del camino. Fantasilandia no era nada: estaba en el boomerang versión Ruta las Playas.

En un intento desesperado por terminar con este infierno, uno de los pasajeros toca el timbre de la puerta trasera para bajarse de la micro. Ésta frena justo en un semáforo en rojo y el chofer abre la puerta para que el pasajero baje. Éste lo hace, pero apenas pisa el piso, la micro arranca, sin esperar que el pasajero baje como corresponde. Claro... si se le estaba yendo su contrincante pos, debía apurarse para no perder pasajeros.

Llegamos a Hualpén, cerca de casa de mis padres, cuando llegaba la hora de bajarme. Estaba algo temeroso, puesto que, a pesar de que ya no había muchos pasajeros que recoger y el otro chofer ya había quedado atrás, la micro continuaba su alocada carrera por entre medio de calles angostas. Al final, toqué el timbre para bajarme en el Cerro Amarillo. Se abre la puerta y pude bajar sin problemas. La micro se va y se pasa el semáforo en rojo. Pffff...

¿Hasta cuándo?

Mi pregunta, estimado lector, es: ¿Hasta cuándo deberemos aguantar que algunos choferes - no todos, por cierto -, manejen como se les pegue la regalada gana, como si fueran amos y señores de las calles? Yo con mi autito chiquitito tengo que hacer malabares para que los microbuseros me puedan ver. Se saltan semáforos en rojo, se comen los discos pare, adelantan donde no corresponde, hablan por celular, manejan a exceso de velocidad, no dan boleto... ¡En las noticias hace algún tiempo mostraron a un chofer que se afeitaba mientras conducía!

Insisto, no son todos. Al contrario, son los menos, un porcentaje relativamente pequeño comparado con el gran número de choferes que hay en Conce. Pero esos menos no deberían existir: TODOS sin distinción deberían manejar como corresponde; al fin y al cabo, pagamos pasaje, y merecemos un viaje seguro y cómodo.

Y a ti: ¿Te ha pasado algo similar viajando en micro? Te espero en los comentarios y nos leemos en una siguiente entrega. ¡Chau!
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225. Un cuidador de autos muy particular

Foto referencial

Hace unos días atrás me pasó algo yendo a comprar al supermercado que, claro, llegó a ser tragicómico y una reverenda estupidez. Pero pensando fríamente, lo que ocurrió rayó en lo insólito y demuestra lo que algunos "cuidadores de autos" hacen en nuestra ausencia.

Por favor, de entrada les digo que no quiero echar a todos los cuidadores dentro del mismo saco; eso sería injusto. Pero déjenme contarles que sucedió cuando fui a comprar a un súper.

Al llegar, estaciono mi autito y procedo a ir a hacer las compras. Un cabro de naranjo (chaleco reflectante) me dice que vaya tranquilo. Que él me cuida el auto. Yo, siendo sincero, siempre he sido desconfiado, pero nada puedo hacer. Simplemente los dejo que hagan su trabajo y ya.

Compre y, al salir, me encuentro con otro cabro "cuidador", encaramado en mi auto adelante en el capó. Impresionado por la tontera que estaba haciendo, me acerco y le digo: "Oye, ¿crees que es correcto lo que estás haciendo?". Me mira y me responde: "No estoy ni ahí". "¿Y si llega el dueño del vehículo?", le pregunto. Y me dice: "Me bajo poh, si le estoy cuidando el auto".

Yo no daba crédito a todo esto, así que le dije: "Bueno, cuando te canses de estar encima de mi auto avísame pa poder irme. Por mientras iré a buscar a la patrulla móvil que esta a la vuelta". La cara del cabro se desfiguro. De inmediato se bajó del auto y, con un paño, comenzó a limpiar donde estaba sentado. Yo me subí al auto y, ¿que creen? Tuvo el descaro de pedirme un aporte poh.

Encendí el motor, retrocedí y, dejándolo con la mano estirada, me fui. Lo chistoso es que, al mirar por el espejo retrovisor, veo que está gritando y me levanta el dedo de al medio.

Bueno, nunca más fui a comprar a ese supermercado. Y esa experiencia me muestra que, como en todo tipo de trabajos, hay quienes sólo hacen tonteras y sacan la vuelta.

En fin. Eso quería contarles. A mí siempre me suceden cada cosa. Además, había quedado de hablarles de una estafa de la cual hay que cuidarse. Pero eso será en una siguiente oportunidad. ¡Nos vemos pronto aquí, en "Donde Panchito"!
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224. Artículo eliminado

Actualización 20.11.2020: Como parte de la reestructuración de artículos llevada a cabo en Donde Panchito, este artículo ha sido eliminado. Se conservará el título sólo para mantener la numeración.

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223. Es cuestión de modales

Buenos modales (tomado de link)

En varias oportunidades les he relatado situaciones en las cuales me doy cuenta que la sociedad cada día va de mal en peor. Pero, eso no quiere decir que todas las personas se comporten de manera fría e insensible con el resto. De hecho, hace un tiempo atrás pude percatarme que aun hay gente bondadosa, amable y con un sentido de poseer modales muy superior a la media. Quedé impresionado, aunque en realidad no debería estarlo: la idea era que todos fuéramos así con nuestro prójimo. Sentir empatía, compasión, bondad y amor genuino hacia los demás. De esa forma todos podríamos vivir en paz y realmente felices.

Pero, como todos sabemos que la cosa no es así en este mundo tan malvado en el que vivimos, pues es fácil sorprenderse y quedar impresionado por situaciones como las que en este artículo les comentaré.

Hace unos meses atrás fui a uno de mis ex-trabajos a cobrar mi finiquito, en Penco, distante a unos 15 km de donde vivo, dentro de Concepción. Renuncié a aquel trabajo puesto que había hallado uno a tiempo completo, tal como lo tenía pensado cuando les escribí un artículo tiempo atrás. La cosa es que tenía que ir a la notaría para comprar pan obtener la firma del notario.

Al llegar a la notaría, saqué número de atención y me senté. A medida que pasaban los minutos noté que el ambiente era muy extraño. Era en realidad un ambiente poco común. Persona que entraba a la notaría saludaba cordialmente a todo el mundo. El notario y sus trabajadoras le respondían amablemente. Y no era un saludo así no más, sino que se ponían a conversar sobre sus vidas y el acontecer de la comuna de Penco. Sus sonrisas amigables y el tono de conversación tan cálido hizo que me sintiera muy cómodo y que, incluso, aunque se notara algo patudo, me metiera en la conversación. Mi sorpresa fue cuando me golpearon y me echaron de la notaría a patadas por metiche no me dijeron nada por meterme; al contrario: la conversación siguió, pero ahora incluyéndome.

En eso estaba cuando no me di cuenta que habían dicho mi número, así que se saltaron al siguiente. El caballero estaba a punto de ser atendido cuando le dije a la secretaria que me disculpara por no escuchar el número pero estaba muy metido en la conversación. El caballero gentilmente me cedió su lugar y dejó que me atendieran. Yo se lo agradecí y me atendieron.

Cuando caminaba de vuelta a mi ex-trabajo con la firma del notario, quedé pensando en la forma en que estas personas se trataban. Yo he ido a varias notarías del centro de Concepción, y claramente el trato es otro: impresonal, de trato poco amigable (por lo menos cuando fui yo, esa percepción me dio), algo distanciados, sin empatía. Una de esas veces en que fui a una notaría en Concepción, a una chica embarazada ni siquiera le cedieron el asiento para que pudiera descansar mientras esperaba su turno. Y estamos hablando de una fecha donde de por sí anda mucha gente (fines de mayo, cuando termina el plazo para declarar ingresos por la deuda con la Universidad). Una situación que fue totalmente opuesta a lo vivido en Penco.

Hice mis trámites y esperaba la micro en el paradero. Hice para una, me subí y el chofer me dice: "Buenas tardes joven". Yo, algo atónito, especialmente porque no he tenido buenas experiencias con los choferes de las micros, le correspondí el saludo. Le pagué y me fui a sentar, no sin antes escuchar el "Buen viaje" que me deseó el chofer. Es increíble cómo un sencillo acto de amabilidad puede cambiar tu día. Me senté feliz en el asiento. Y más feliz me puse cuando vi que hasta a los estudiantes trataba así. Una señora subió y le dijo el chofer: "Buenas tardes, doña Juanita, ¿Va a donde siempre?". Eso es calidad de servicio pero, por sobre todo, deja ver a un buen hombre detrás del volante.

Ceder el asiento es signo de buenos modales

¿A dónde quiero llegar con todo esto? A nada A que ser amables y mostrar buenos modales para con el resto puede significar un buen o mal día, no sólo para quienes le mostramos amabilidad, sino para nosotros mismos. Un "por favor", "permiso", "gracias", "lo siento", "perdón"... O un acto de amabilidad, como ayudar a alguien a encontrar una dirección, cargar las bolsas de una señora de edad, o ayudar a un ciego a cruzar la calle, son actos que muestran la clase de personas que somos y la crianza que recibimos en casa. Ser egocéntricos, o sea, pensar en mi, y sólo en mi, sin ser amables ni empáticos con el resto, sólo nos traerá problemas y, en el peor de los casos, quedarnos solos y tristes, sin amigos, y con una mala imagen hacia el resto.

Ahora, depende de nosotros qué clase de personas queremos ser hacia los demás. Si somos amables, si mostramos buenos modales y si somos respetuosos con los demás, no solamente haremos felices al resto: nosotros mismos seremos felices y, quién sabe, hasta podemos hallarle un poco más de sentido a esta vida tan difícil que nos toca vivir.

Gracias por leerme y espero tus comentarios: ¿Es necesario tener buenos modales en estos tiempos? ¡Saludos y nos vemos en una nueva entrega!
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222. Una nueva sección


Amigos míos. Tengo el agrado de comentarles que en Donde Panchito se abrirá en breve una nueva sección: Mis Escritos. Sí, ya sé que ya existía, desde que se creó este lugar hace 10 años, pero ahora estará como menú principal bajo la cabecera del blog.

Allí podrás acceder a algunos cuentos y novelas que he escrito aquí, pero además podrán seguir de cerca una novela que llevo escribiendo hace ya algunos meses. Así que estén atentos.

¿Qué opinan ustedes de los modales? ¿Es necesario seguir inculcándolos en nuestros hijos si ya casi nadie lo toma en cuenta (o eso demuestran)? Bueno, mi próximo artículo cuenta de cómo la vida puede ser vista desde otra prisma si tan sólo fuéramos un poco más amables con el resto.

Saludos y nos vemos pronto aquí en Donde Panchito.
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221. Un nuevo logro

Nadie puede negar que el tiempo pasa rápido, y algunas veces demasiado rápido. En este corto artículo podrás darte cuenta de los días, los meses y los años, pasan sin piedad. Pero, para mí, es un gran logro lo que he hecho :D.
Necesito comer helado para ser creativo ^^

Está bien. Lo reconozco: la última vez que escribí les había dicho que tenía muchas cosas para este año en mi blog. Pero, ya ven, una vez más pasaron meses para poder volver a escribirles. Pero bueno, peor hubiera sido si no les hubiera escrito nunca más.

El tiempo pasa, y pasa muy rápido. Demasiado rápido, diría yo. Voy encaminado hacia los 30 años ya, llegando a la adultez. Y pensar que hace 10 años era un adolescente que se iniciaba en el mundo de los sitios web, y luego en los blogs. Y bueno, 1 década después ya tengo este blog que está en un periodo de madurez y de estabilización y...

Esperen un momento... ¿Dije 10 años? ¿Una década? ¡Wow! Pero sí que ha pasado el tiempo. Sí amigos: Donde Panchito ya lleva increíbles 10 años vivo. Es, lejos, el proyecto que más tiempo me ha llevado, y uno de los pocos que sí me ha resultado.

Aun recuerdo ese 16 de mayo de 2006, en una tibia tarde de otoño en casa de una de mis tíos, quien hace poco había puesto internet inalámbrico en su casa. El computador era un tarro, con Windows 98 corriendo en su disco duro. Pero, ¿qué más daba? A las tres de la tarde de ese día, un feo sitio web negro con letras blancas hacía su estreno: Panchito On Line, precursor de este blog. ¡Y me siento muy feliz de lo que he logrado!

Sí, he tenido bien botado mi blog, pero ya les he dado los motivos del porqué de mi alejamiento. Pero intentaré en lo posible por seguir adelante con muchas ganas. Quiero agradecer sinceramente a mis lectores fieles que, año tras año, siguen leyendo mi blog. No sé si habrá alguien que me siga desde que lo inicié hace ya 10 años, pero igual gracias a todos. Puedes leerte la historia completa en este enlace.

Mi tiempo es escaso, pero daré todo de mi para que en diciembre pueda decir que saqué dignamente esta décima temporada de mi blog. Como parte del entusiasmo que tengo, he cambiado la planilla completa, dándole otro estilo a Donde Panchito. Además, si me sigues en Facebook, notarás que también cambié mi logotipo.

¡Saludos y nos vemos de aquí a 10 años más pronto, aquí, en Donde Panchito!
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220. Inicio Temporada 11 - El regreso de Panchito

Panchito se recargó durante este verano para continuar con su blog

¡Vaya! ¡Cómo ha pasado el tiempo! Ya son casi cuatro meses sin escribir absolutamente nada en mi blog. Eso es mucho tiempo, ¿no? Pero, como les he comentado varias veces, no tengo intenciones de dejar completamente botado mi blog, ni mucho menos. Por eso, antes de volver con la tanda de artículos que he preparado para este año 2016 (la Temporada 11 de mi blog), creo que los pocos lectores que aun se pasean por acá (y que espero que aumenten conforme vaya escribiendo más seguido) se merecen una explicación detallada de por qué no he escrito tanto como antes.

Desde hace ya 7 meses que encontré empleo nuevamente, también como cajero, pero ahora un tanto más lejos de donde vivo, a unos 25 minutos en auto. Trabajo tres veces por semana, desde la 1 de la tarde hasta las 10.30 de la noche. Esos tres días los ocupo casi enteramente en el trabajo, por lo que tiempo ese día no tengo. El resto de mis días los dedico a buscar empleo (necesito un trabajo a tiempo completo) y a mis actividades espirituales. 

Básicamente, esos son los motivos por los cuales he estado alejado de aquí. Pero, aun así, en este período de inactividad, hemos pasado de 198 a 207 los seguidores en Facebook. Aparte, varios amigos y compañeros de trabajo me han preguntado: "¿Y? ¿Cuándo vuelve Donde Panchito?". Así que hoy me dieron ganas de continuar.

Tengo muchas ideas para este año. No es un año cualquiera. Mi blog va a cumplir en mayo su primera década de vida. Pero no quiero comentarles nada, puesto que no quiero quedar como mentiroso si no cumplo con lo propuesto. Simplemente les puedo decir que sean pacientes, y que pronto nos veremos en un nuevo artículo, aquí, en Donde Panchito. ¡Saludos amigos!
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